Resumen: Saber y conocer cuáles son los signos que pueden indicarnos que poseemos dicha facultad.
Nos enfrentamos aquí a una de las preguntas que con más frecuencia nos son presentadas por aquellos que refieren y narran distintos acontecimientos que suceden en lo cotidiano de su día a día.
Como bien explicamos con anterioridad, la mediumnidad es una facultad inherente al espíritu humano, aunque de características espirituales.
En el Manual Práctico de las Manifestaciónes Espiritas, concretamente en su capítulo V, De los Mediums, encontramos la siguiente definición acerca de lo que es un mediúm: Toda persona que, en un grado cualquiera, nota la influencia de los Espíritus, es, por esta sola razón, médium. Tal facultad es inherente al hombre, y por consecuencia, no es ningún privilegio exclusivo: son pocos los que no tengan de él algún rudimento. Se puede decir, por lo tanto, que todo el mundo es médium. Sin embargo, en el uso, esta calificación sólo se aplica a los en que la facultad mediatriz está netamente caracterizada y se traduce por efectos patentes de cierta intensidad: lo que depende de una organización más o menos sensitiva. Por otra parte, es de notar que esta facultad no se revela en todos del mismo modo: los médiums tienen generalmente una aptitud especial para tal o cual orden de fenómenos, lo que produce tanta variedad de médiums como de manifestaciones.
Resumen: Definir qué es la mediumnidad tal y como nos la presenta el Maestro Kardec, complementando con algunas otras aportaciones de León Denis, Gabriel Delane, etc.